“ A veces la vida se comporta como el viento: desordena y arrasa. Algo susurra pero no se le entiende. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las costumbres cotidianas.”
Liliana Bodoc.
Hoy la vida de nuestra comunidad se detuvo ante la triste noticia del fallecimiento de Silvio Fenoglio. Silvio se desempeñaba en nuestro colegio como chofer de colectivo, teniendo la tarea diaria de trasladar a nuestros alumnos y docentes al Campo de Deportes. Hoy, en tiempos de pandemia, en una función diferente, pero fiel a su vocación de servicio.
Partió a la Casa del Padre un gran compañero, orgulloso de ser marista, solidario y generador de encuentros; un hombre de corazón abierto, sonrisa franca y mirada atenta.
Nos queda, sin duda, todo lo que supo compartir y transmitir durante tantos años en la institución, su “segundo hogar” como así la llamaba. Damos gracias por su vida, don de Dios y tarea humana.
Que brille para Silvio la luz que no tiene fin. Y que la fe en la Vida Eterna nos dé esperanza y resignación.