Nos acercamos al receso de invierno y queremos hacer memoria de este recorrido que comenzó con gran expectativa y con grandes proyectos. Fue en marzo cuando de golpe y sin previo aviso, con el objetivo de proteger nuestras vidas, debimos aislarnos, pero con una misión distinta: innovar para garantizar la continuidad pedagógica de nuestros alumnos.
Fue bueno encontrarse y darse cuenta de lo que somos capaces de hacer, aprender y hasta de renunciar cuando necesitamos hacerlo por el bien propio y del prójimo. Estamos convencidos que esta situación que nos toca como sociedad, implica una realidad que es reflejo de un aprendizaje que quizás urgía alcanzar.
Hoy, el silencio que invade nuestro colegio nos confirma el valor de escuela como espacio de socialización. Tanto docentes como alumnos extrañamos esta presencialidad que nos humaniza. Una presencia que este distanciamiento nos enseñó a valorar más y nos desafió a buscar nuevas maneras de estar, de acompañar para no sólo sostener los vínculos sino para profundizarlos desde la distancia.
Como equipo de gestión de esta Comunidad Educativa queremos agradecer el enorme esfuerzo que como familias han realizado, sin su acompañamiento no hubiésemos podido avanzar… Ahora, empezamos a planificar el regreso a las aulas. Anticipamos que no va a ser sencillo y nuevamente debemos trabajar juntos porque si de algo estamos convencidos es que los desafíos se transitan en equipo.
Que en estas vacaciones podamos descansar, desvincularnos de las pantallas y retomar fuerzas para este segundo tramo.
Recordemos una vez más el lema que nos acompaña este año: “Ahora, al ritmo del corazón de María” el cual nos invita hoy más que nunca a seguir confiando en nuestra Buena Madre para que nos motive a seguir con fe y con fuerte convicción nuestra Misión evangelizadora, educando con amor y, así, continuar construyendo juntos el sueño de Champagnat.
Consejo Directivo Colegio.