Comenzamos un nuevo año en el jardín, pero no lo hicimos solos; un amigo de otro planeta nos quiso acompañar. A través de diferentes pistas descubrimos que Saturnino era su nombre y que le gustaba jugar, divertirse y hacer amigos. Él no llegó tan rápido como lo esperábamos. Entonces aprovechamos este tiempo para vincularnos, conocernos con las seños, con nuestros compañeros, con el entorno y preparar cosas maravillosas para recibirlo. Y hasta jugamos en su casa!!!
Finalizando este periodo logramos conocerlo. Con su nave colorida descendió y llegó hasta el patio del jardín y el campo de deportes y entre risas, cantos, colores y algunas lagrimitas lo invitamos a jugar y bailar. ¡Cuánto nos divertimos y qué emoción nos dio conocerlo!!!